Fiebre amarilla: síntomas, causas y prevención

¿Qué es la fiebre amarilla?

Se trata de una enfermedad hemorrágica vírica con una elevada tasa de mortalidad, transmitida, al igual que el dengue, por la picadura de mosquitos Aedes infectados.

El nombre de fiebre amarilla procede de la coloración que adquieren la piel y los ojos en los casos más graves, debido a la ictericia.

Se calcula que esta enfermedad afecta actualmente a unas 200.000 personas y causa 30.000 muertes al año, de las cuales cerca del 90% se producen en África. Las zonas de riesgo son las regiones tropicales de este continente y Sudamérica. A menudo se producen epidemias, que pueden infectar a más del 20% de la población no vacunada.

Se han registrado algunos casos de fiebre amarilla en países norteamericanos y europeos. Suelen ser poco numerosos y se deben a la importación de territorios en los que es más frecuente.

Síntomas de la fiebre amarilla

Las manifestaciones son muy variadas, lo que dificulta su identificación precoz. En algunos casos no hay síntomas y en otros puede presentarse como una disfunción orgánica generalizada.

La fase inicial se caracteriza por síntomas similares a los de la gripe, con fiebre alta, dolor de cabeza, dolor muscular, pérdida de apetito y náuseas/vómitos. Los síntomas gripales predominan durante cuatro o cinco días y la mayoría de las personas desaparecen espontáneamente. En aproximadamente el 15% de los casos se produce una evolución a una fase tóxica, con elevada mortalidad, caracterizada por disfunción multiorgánica (especialmente hepática y renal), hemorragias generalizadas y ausencia de micción. En un pequeño número de individuos, la infección evoluciona a un fallo multiorgánico, con ictericia e insuficiencia hepática, hemorragias, insuficiencia renal, alteración de la conciencia, convulsiones, coma y muerte.

Causas de la fiebre amarilla

La fiebre amarilla la transmiten mosquitos de determinadas especies. La infección se produce cuando una persona sin protección es mordida. Una vez que tiene el virus, puede servir de fuente de infección para otros mosquitos, antes de que aparezcan los síntomas. Este insecto es capaz de transmitir el virus entre nueve y doce días después de picar al individuo infectado.

Diagnóstico de la fiebre amarilla

El diagnóstico clínico es difícil porque sus síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades como la malaria, la fiebre tifoidea, el dengue u otras formas de fiebre hemorrágica. La historia clínica proporciona indicios, especialmente si se ha viajado a zonas de mayor riesgo.

Prevención de la fiebre amarilla

Existe una vacuna muy eficaz para prevenir la fiebre amarilla. Consiste en virus vivos atenuados y es segura y eficaz, durante los 10 años siguientes, en más del 95% de los casos.

La OMS recomienda la vacunación a todos los viajeros a zonas de riesgo. Incluso hay algunos países en los que la prueba de la vacunación es obligatoria (como Angola o Santo Tomé y Príncipe). No obstante, existen contraindicaciones específicas para esta vacuna (como las mujeres embarazadas), por lo que es importante consultar previamente a un asesor del viajero.

 

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