¿Qué es la gastroenteritis?
La gastroenteritis es una irritación e inflamación del tubo digestivo, incluidos el estómago y los intestinos. Las causas más comunes son los agentes víricos, las bacterias, los parásitos y las intoxicaciones alimentarias.
Es un problema bastante común en la infancia y los niños pequeños. Hasta los tres años, tienen una media de uno a dos episodios de gastroenteritis al año, con un pico de incidencia entre los seis y los 23 meses. La diarrea suele durar una media de cinco a siete días. La causa varía según los países, dependiendo de factores como la situación geográfica, los factores socioeconómicos y el clima.
La mayoría de las muertes se producen en zonas donde el acceso al agua potable y a la atención sanitaria es limitado.
Síntomas de la gastroenteritis
Las molestias habituales son diarrea, dolor abdominal, calambres, náuseas y vómitos, pero también pueden aparecer fiebre y dolores de cabeza.
Suelen durar sólo unos días, pero pueden durar hasta una semana.
Cuando la diarrea o los vómitos son graves y persistentes, puede producirse deshidratación, que se manifiesta por ojos hundidos, boca seca, sensación de lengua espesa y reducción del volumen de orina, que se vuelve de color oscuro.
Es importante recordar que la gastroenteritis puede ser extremadamente infecciosa.
Lo ideal es que el paciente permanezca en casa hasta que haya ausencia de síntomas (diarrea y/o vómitos) durante al menos 48 horas.
Causas de la gastroenteritis
La mayoría se producen al ingerir alimentos o agua contaminados por bacterias (Salmonella, Shigella, Campylobacter, E. coli, entre otras) o virus (Rotavirus, Norvovirus, Adenovirus, entre otros). Las infecciones por salmonela pueden contraerse al tocar reptiles, como tortugas o iguanas, y luego meterles los dedos en la boca. También puede transmitirse de persona a persona, sobre todo si alguien con diarrea no se lava bien las manos después de evacuar.
Diagnóstico de la gastroenteritis
En general, los síntomas de diarrea y vómitos sugieren el diagnóstico y no se necesitan pruebas específicas.
Una historia clínica bien elaborada y una exploración física cuidadosa son esenciales, ya que proporcionan información decisiva para la orientación diagnóstica y terapéutica.
En la diarrea grave, cuando se producen complicaciones o existen dudas sobre el diagnóstico, pueden realizarse otras investigaciones en función del cuadro clínico. El examen microbiológico de las heces no debe realizarse de forma rutinaria.
Tratamiento de la gastroenteritis
Su tratamiento consiste en beber abundantes líquidos, especialmente agua, para evitar la deshidratación. Es importante no quedarse sin comer, si es posible. A medida que mejoran los síntomas, el paciente puede incluir gradualmente en la dieta alimentos blandos como cereales cocidos, plátanos, arroz, compota de manzana o pan tostado.
La mayoría no necesita antidiarreicos, pero éstos pueden comprarse en la farmacia. Este tipo de medicamento no se recomienda para los niños. Si los vómitos son persistentes, pueden utilizarse antieméticos. Los antibióticos sólo se prescriben para algunas formas de gastroenteritis bacteriana.
En casos graves, especialmente en niños, puede ser necesaria la hospitalización para un tratamiento e hidratación correctos.
Prevención de la gastroenteritis
La mejor manera de evitarlo es seguir unas medidas de higiene. No deben compartirse las toallas con una persona que tenga gastroenteritis y los inodoros que utilicen deben lavarse con regularidad.
Los enfermos de gastroenteritis no deben ir al colegio ni al trabajo hasta pasadas al menos 48 horas de la última diarrea o vómito, para evitar contagiar a otras personas.
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