Tendinitis: Síntomas, causas y tratamiento

¿Qué es la tendinitis?

Un tendón es la estructura densa pero flexible a través de la cual el músculo se inserta en el hueso, permitiendo el movimiento articular.

Cuando el músculo y el tendón se estiran en exceso, por ejemplo en tareas repetitivas, se produce un proceso inflamatorio en el tendón y su vaina, que causa dolor, que en la fase inicial se asocia a la realización de la tarea. Con el mantenimiento de la actividad, la afección empeora y el dolor empieza a estar presente incluso en reposo, pudiendo llegar a perturbar el sueño.

La tendinitis es uno de los trastornos más frecuentes entre los deportistas profesionales, sea cual sea su localización, como el muslo, la rodilla, el tobillo, el hombro o la muñeca.

La tendinitis suele ser el resultado de un proceso de sobreesfuerzo, pero los microtraumatismos repetidos o un único traumatismo más intenso pueden desencadenar el proceso.

Síntomas de la tendinitis

Inicialmente hay dolor localizado en el tendón implicado, que se acentúa en movimientos contra resistencia, es decir, en situaciones en las que se fuerza el músculo o los músculos en cuestión y los tendones respectivos. A la exploración, el paciente presenta dolor localizado y limitación de los movimientos.

La tendinitis suele evolucionar en cuatro fases, en función de las molestias: en la primera, el dolor aparece tras la actividad deportiva; en la segunda, el dolor aparece al inicio del deporte, desaparece tras el periodo de calentamiento y puede reaparecer con el cansancio; en la tercera, el dolor es constante, en reposo y durante el ejercicio; en la cuarta, se produce la rotura del tendón.

La palpación del tendón produce dolor, se engrosa y su contorno se vuelve borroso.

La falta de un tratamiento eficaz determina la evolución de la tendinitis y conduce a la cronicidad y posterior rotura del tendón.

Causas de la tendinitis

La hipermusculación es uno de los factores de riesgo más frecuentes. Los tendones son estructuras sólidas, elásticas y resistentes. Su resistencia suele ser igual a la fuerza inicial del músculo multiplicada por cuatro; sin embargo, cuando se realizan ejercicios con pesas, la fuerza del músculo puede aumentar dos o tres veces, reduciendo así el margen de seguridad del tendón, lo que provoca una inflamación como primera respuesta y, si la situación prevalece, puede producirse la rotura.

Los focos infecciosos crónicos, como una caries activa o una amigdalitis que no se ha curado correctamente, son otro factor de riesgo. El torrente sanguíneo, al atravesar un foco de infección, recoge y transporta las toxinas creadas y las deposita en zonas ya inflamadas, facilitando la evolución hacia una tendinitis crónica.

Una dieta rica en proteínas animales provoca un aumento del ácido úrico y de las purinas, que no siempre se eliminan por completo a través de la orina. El excedente puede depositarse en zonas sobrecargadas, cristalizarse y provocar tendinitis.

La mayoría de los casos son el resultado de un uso excesivo prolongado con deterioro del tendón pero sin inflamación asociada, razón por la que algunos médicos prefieren el término "tendinopatía". Esta distinción es importante porque la inflamación del tendón (tendinitis) se trata de forma diferente al deterioro del tendón (tendinopatía). La tendinitis suele responder rápidamente al tratamiento con antiinflamatorios, mientras que la tendinopatía requiere un tratamiento más largo destinado a mejorar la resistencia del tendón y reconstruir los tejidos adyacentes.

Las causas más comunes de tendinitis en un deportista son los traumatismos agudos en los que un tendón se ve forzado más allá de su rango normal de movimiento, provocando dolor, hinchazón e inflamación. En el caso de las tendinopatías, la causa más común es el uso excesivo crónico con tensiones y traumatismos repetidos en el tejido blando sin un intervalo de tiempo suficiente para una curación adecuada.

Las lesiones tendinosas son frecuentes en los deportistas que se inician en la actividad y que exageran el esfuerzo sin un descanso adecuado. Por ello, es importante iniciar la práctica deportiva lentamente y aumentar la intensidad del entrenamiento de forma gradual. El calentamiento es esencial y nunca debe descuidarse. Otra posible causa es la utilización de técnicas deportivas incorrectas o el uso de material de entrenamiento inadecuado.

Diagnóstico de la tendinitis

El diagnóstico de la tendinitis se basa en las quejas del deportista y las alteraciones detectadas en la exploración física, los medios complementarios de diagnóstico, como la radiografía simple y, sobre todo, la resonancia magnética. Este examen ha cambiado radicalmente la evaluación de los pacientes con lesiones deportivas, y es raro que el médico, tras una evaluación inicial, pueda prescindir, en una primera fase y durante la recuperación, de la información que ofrece la RM. La ecografía permite estudiar el trayecto del tendón y evaluar la acumulación de líquido, que es un signo indirecto de lesión tendinosa.

Tratamiento de la tendinitis

El tratamiento de la tendinitis es, por regla general, no quirúrgico, centrándose en identificar el acto que desencadena la lesión para evitarla, si es posible, reposo, hielo y antiinflamatorios. La fisioterapia desempeña un papel fundamental. La ausencia de actividad física no es, por regla general, prolongada.

Cuando se produce una lesión de tendón, es importante detener la actividad y descansar. El reposo, asociado al uso de hielo, maniobras de compresión y elevación del miembro afectado permiten reducir la inflamación y el dolor, permitiendo la recuperación de la tendinitis en pocos días o semanas. Las tendinopatías tardan entre dos y seis meses en recuperarse. Si no se interrumpe la actividad que ha causado el problema, la tendinopatía tenderá a cronificarse.

Siempre que el dolor dure más de unos días, a pesar de las medidas de tratamiento anteriores, es importante acudir al médico para que rehabilite el tendón afectado.

La fisioterapia utiliza técnicas como ultrasonidos, masajes y ejercicios de fuerza y flexibilidad para devolver al tendón sus características originales.

El uso de infiltraciones con concentrados de plaquetas (Factores de Crecimiento) alrededor del tendón puede acelerar su regeneración.

La cirugía no debe realizarse antes de tres meses de tratamiento médico y fisioterapia. Cuando es necesario, la tenosinovitectomía es el procedimiento quirúrgico en el que se extirpan los tejidos inflamatorios de la mano y la muñeca que no responden al tratamiento farmacológico.

Prevención de la tendinitis

La prevención de la tendinitis debe seguir las siguientes estrategias:

  • Evitar esfuerzos exagerados y cargas inadecuadas durante periodos prolongados.
  • Variar los ejercicios para evitar la aparición repetida de dolores musculares.
  • Práctica previa de calentamiento y estiramientos
  • Utilizar el equipo adecuado

 

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